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sábado, 8 de diciembre de 2018

Presente y posible futuro de la política y la economía españolas



Pues ahora os voy a comentar como siguió la historia:


(Escribo esto en Marzo de 2018)


Tras pagar el pato de la fiesta española de unos pocos, los españoles están viendo como la situación económica española mejoró en términos macroeconómicos por varias razones:

1)
España sigue sin apostar por el I+D, más bien casi abandonó cualquier intento de mantener el I+D que había de forma muy evidente (ver esto) y sigue dejándose llevar por el turismo, pero sin apostar por él activamente. Pues bien, resultó que por "suerte", otras zonas del Mediterráneo (África del Norte y Eurasia mediterránea) están en una situación muy inestable debido al terrorismo o los estados fallidos y ello hace que los europeos vengan de vacaciones a España de forma más masiva que nunca por lo que los españoles podemos seguir teniendo mierdoempleos de vez en cuando.

2)
Las políticas del PP de precarizar los empleos se aplicaron a rajatabla y ahora las empresas están como peces en el agua, gastando lo mínimo indispensable en sus trabajadores. Por lo que sí, muchas ganan más dinero que en las épocas de pre-crisis (aunque crisis es una palabra engañosa, dado que hablamos de una situación que crearon las plíticas económicas y lo poderes económicos directamente) 

3)
Europa hizo lo que creyó bueno para que la economía de los grandes vaya mejor, en el sentido de dar liquidez a esos mismos poderes financieros que son los que crean las "crisis", cuando no hay otra dirección, dadas sus acciones. Y España, al estar dentro del marco económico de la UE, que básicamente es el único marco efectivo de la UE, se vio ligeramente arrastrada en la "buena dirección" ecnómica de sus mayores. Ya digo, hablo de la macroeconomía. Esa que todos los políticos ven, y los ciudadanos con 2 trabajos y mierdosalarios y sin domingos libres se imaginan.

4)
Curiosamente, por alguna razón el precio del petróleo bajó. Y omo España es productora y exportadora de hierbajos y productos derivados (agricultura), porque eso es lo que más o menos nos dejaron intacto, y sin birlarnoslo los de ariba, digo, los del Norte (recordemos que tenemos una industria naval, de automóbiles etc que es una risa, comparada con la que teníamos antes de entrar en la UE), la bajada del precio del petróleo nos benefició en el sentido de que nos dió un empujón en la economía de exportación de productos alimenticios, porque esta se abarató.


En conclusión, la macroeconomía funciona de nuevo, al menos desde la perspectiva de las dos neuronas de Rajoy y de las de sus asesores. Pero claro, lo que dependió de las políticas del PP solo está reflejado en una precarización laboral de caballo, asombrosa hasta desde a persepctiva de los años ochenta y una precarización casi Tacheriana de todo aquel servicio público que nos quedaba antes de la NO-"CRISIS". Cualquier otra sitiuación positiva en la macroeconomía española vivida estos últimos 5 años del PP está relacionada con condicionantes que meramente no fueron, bajo ningún concepto, ni perseguidos ni controlables por el gobierno español. Pero es más, está situación de bonanza macroeconómica coincide con una debilitación a cuenta gotas de todos los derechos de los españoles. Y al margen de que ahora sí podemos siobrevivir, muchos en casa de sus abuelos (hay salarios que necesitan de las pensiones de los padres para que lleguen para algo, y no vamos a comentar nada de las pensiones ahora), la ciudadanía ha perdido renta y perspectiva de futuro como nunca antes en la historia "democrática" de este reino ultracatólico.

Y lo peor es que seguimos invirtiendo en la ruina futura de este país. Porque si bien el gobierno no ha hecho nada por mejorar la base económica española, gran parte de la ciudadanía que ahora ya tiene lo que ella llama "trabajo" creerá que sí y seguiremos potenciando gobiernos que nos lleven a la nada. 

Solo falta que la situación se estabilice en Turquía, Egipto, Marruecos, Túnez etc en el sentido de la atracción turística y que el petróleo vuelva a encarecerse, para toparnos conque todo lo que creíamos tener, de nuevo no era, evidentemente, nada más que un conjunto de espejísmos biuen vendidos (bueno bien..., ¿habéis oído hablar a Rajoy alguna vez? Pues mejor que no se ponga con el inglés.., porque le puede salir un Cup of café con leche que te cagas como el "It is very difficult todo esto". Y aunque, probablemente, el gobierno espera que esto no pase, no hay nada que nos diga que puede llegar a pasar, incluso a corto plazo.

Pero es que nos podemos topar con algo si cabe más grave. La pequeña bonanza macroeconómica española puede animar a la banca y al gobierno a volver a engañar a la población española con los precios de la vivienda y al resurjimiento de otra burbúja inmobiliaria. De ser así, el consecuente batacazo podría ser nuestro golpe de gracia.


Así que así estamos, y todo nos dice que así estaremos, en un círculo vicioso dónde la inconsciencia reinante hace que la falta de criterio no pare de incrementarse al sur de los Pirienos, y sí, animados y empujados, a veces, por zonas situadas al Norte de los Pirienos. Pues está situación de penuria económica española, no solo tiene beneficiarios en este país pandereteiro.






Pasado y presente de la política y la economía españolas

(Escribo esto en Junio de 2013)

Aunque no es posible concretar todas las razones por las que un país vive una determinada situación política y socioeconómica, sí es posible determinar ciertos parámetros decisivos para que ciertas situaciones se den.

Al margen de los posibles controles externos sobre el destino de los gobiernos (un factor variable dependiendo del gobierno a tratar), estos pueden tener cierto margen de maniobra respecto a la riqueza, desarrollo y organización política interna.

La situación política y económica en España actualmente se debe a las políticas y la economía pasadas del país sumada a la situación política y económica global.

En los años 60, en plena dictadura, el régimen dictaminó cual iba a ser el sustento mayoritario y base fundamental de la economía española; el turismo. El éxito en cuanto a riqueza que proporcionó a España dicho negocio, principalmente destinado a norteamericanos y europeos, hizo que pronto, toda la economía del país girara entorno a él hasta convertirse en nuestra base económica fundamental. No obstante, el bajo coste de producción y la mejora en infraestructuras y en seguridad que caracteriza normalmente a cualquier país en desarrollo económico, proporcionó a España la oportunidad de competir en el campo de la producción tecnológica con otras empresas europeas. Muchas empresas se afincaron en España por su claro beneficio en cuanto a mano de obra barata y los bajos costes de producción que les suponía la instalación de sus plantas. El éxito de la producción en territorio español supuso también la aparición de un importante tejido empresarial enteramente propio. Pero aún así, hasta en los años de la Transición, el turismo seguía teniendo una importancia mayoritaria, y a este se le sumó otro negocio que en realidad solo se tradujo en una forma de enriquecimiento falso, casi desde su origen; el negocio de la vivienda.


Con los exagerados beneficios que aportaba el turismo de costa y playa, este se incentivó por todo el territorio español y al mismo tiempo, la construcción tuvo un auge espectacular, pues se necesitaba mucha infraestructura hotelera e incluso de vivienda propia para albergar a los turistas que no hacían más que incrementar en número. Los turistas extranjeros tenían mayor poder adquisitivo que los españoles y ello provocó que el precio de la vivienda, especialmente en la costa se incrementara. Pero el efeco contagio del negocio hizo que el incremento del precio de la vivienda sucediera también en el resto del país aunque en menor grado, y dado que los españoles no podíamos llegar a pagar tales cantidades, se llegó a idear una economía basada en préstamos bancarios o hipotecarios, una economía que si bien era una inversión suicida para el país, aportaba grandes beneficios económicos rápidamente a quienes se les denominaría más tarde “especuladores inmobiliarios”, una mafia dedicada a idear precios desorbitados y en crecimiento para convencer a la población de que endeudarse con una vivienda se convertiría en una inversión de futuro, dado que los precios de los pisos seguían siendo incrementados artificialmente de forma aparentemente indefinida. Cosa que evidentemente era imposible.

Ya en los 80 había quien intentaba transmitir a la sociedad que esa economía idónea para unos pocos, en aquel entonces, tarde o temprano iba a ser el detonante de una grave crisis particular para todo el país. Pero estas alarmas fueron en vano, ya que la población tenía trabajo, había una relativa bonanza en la economía de la población española si comparamos la situación con la actual (2017), y los ciudadanos se centrában en los problemas que podían ocasionarles la pérdida de competitividad en el área de la producción que ya empezaba a ocurrir en esa década. Los salarios tenían riesgo de descender, el trabajo en empresas comenzaba a verse copado, pero el turismo y el negoio hipotecario seguía sustentando la mayor parte de nuestra falsa economía. Así que lejos de abandonar la especulación inmobiliaria, esta se vio incrementada aparentemente de forma incesante, pues seguía siendo un negocio muy rentable para quienes lo dirigían. Y los españoles seguían firmando pagos por precios cada vez más desorbitados por los pisos al mismo tiempo que nuestra deuda en hipotecas a los bancos se incrementaba sin cesar. En el año 1986 entramos en la Unión Europea, lo cual tuvo repercusiones positivas en cuanto al aporte de dinero de la Unión a nuestro país, con la finalidad teórica de amoldar nuestra economía y desarrollo a un estatus europeo y de promover un cambio en nuestra base económica, aunque también tuvo consecuencias directamente negativas en cuanto al ajuste del mercado español hacia intereses a nivel europeo y de la competitividad empresarial.

No obstante, pese a que ciertas cosas mejoraron gracias a la integración de España en la UE, buena parte de ese dinero aportado desde Bruselas se malgastó y no se cumplieron los propósitos para los que esas ayudas económicas, teóricamente y en un principio, se habían destinado. Hay que añadir además, que Europa no había regalado el dinero sino que lo había prestado y que una vez superadas ciertas fases, España debería devolver la cantidad pasando a ser un país dador en lugar de receptor.

Pero independientemente de los problemas en el sector productivo-tecnológico, desde inicios de la década de los 90 hasta la primera década del siglo XXI, España gozó de la mejor situación económica de su historia, al menos desde el punto de vista de los valores macroeconómicos. Era receptora de ingentes cantidades de dinero proveniente de Europa, tenía todavía un fuerte tejido productivo aunque en declive, disfrutaba de un buen aporte económico foráneo a través del turismo y todo ello, sumado a una enorme especulación inmobiliaria, favorecía el desarrollo de un gran sector servicios.

Sin embargo, la dependencia socioeconómica de España en el negocio hipotecario fue tan intensa que se convirtió en la clave en nuestro devenir porque no había realmente ninguna alternativa económica tan relevante que pudiera paliar las repercusiones negativas que tendría la autodestrucción que iba a ocurrir tarde o temprano, cuando los compradores o los bancos parasen la maquinaria hipotecaria por lo ridículo que resultaba considerar siquiera que los pisos pudiesen seguir siendo comprados por los precios que alcanzaban. Era un negocio insostenible de por sí. Y al proceso de autodestrucción que todo el mundo temía que pasaría se le denominó: “El pinchazo de la burbúja inmobiliaria”. Por fortuna, los efectos del desmoronamiento del negocio inmobiliario estadounidense de características análogas, provocó que la burbuja inmobiliaria en España pinchara antes de lo previsto, y digo por fortuna, porque es preferible entender más pronto que tarde que tu propio país no tiene suficiente base económica para sostenerse a sí mismo. Aunque un poco tarde, ya era igualmente.

Miembros del PP claramente mediáticos y con cargos muy importantes en el gobierno español de mayoría absoluta del PP entre 2000 y 2004, supuestamente, (porque ahora ya dudo de todo) votado por la inmensa mayoría de la población española que votó a un partido en el 2000 (Federico Trillo, el ex-presidente del gobierno de España, Jose María Aznar y Luis Bárcenas, extesorero del PP durante el gobierno de Aznar) mostrando gestos obscenos, con alevosía y nocturnidad, ante los medios de información españoles. Independientemente de cualquier argumento que se intente usar para excusar algo como esto, un presidente del gobierno en tal actitud ante las cámaras y a sabiendas de ser fotografiado es indudablemente una muestra absolutamente delatora del desprecio del gobierno votado por la mayoría del pueblo a toda, TODA, la ciudadanía española y por lo tanto de la catastrófica situación de subdesarrollo social de la monarquía bananera que representa la MARCA España; un país que nadie sabe muy bien cómo se coló en la organización que actualmente aún es la organización de países de mayor calidad social de facto del mundo; la Unión Europea. Cualquiera que vea una foto como esta podrá entender que en el país dónde gobiernen señores tan decentes, carismáticos, amables y respetables como estos, cualquier cosa que no esté relacionada con la justica social, la decencia, la ética y la coherencia, es posible, siendo los ciudadanos que permitieron que el PP llegara al poder por tres veces no consecutivas (hasta el 2012); un partido fundado por fascistas que como Manuel Fraga, intervinieron con importantes cargos en la represión fascista de Franco de 40 años, auténticos ignorantes o en todo caso culpables sociópatas. Votar al PP, ser inteligente y al mismo tiempo pretender conseguir una sociedad justa son tres cosas incompatibles por definición. Y los inteligentes que votan al PP, además de ser, la mayoría, de los pocos ricos que quedan en España, lo saben mejor que nadie.  

Al margen de todo esto, la bonanza macroeconómica de España fue usada por el partido en el gobierno a finales de los 90 (el PP), para organizar todo tipo de operaciones con dinero público, ya sospechosas en aquel entonces, que en lugar de ser invertido en el bien común de la sociedad española iba siendo gestionado de todas las maneras fraudulentas imaginables, como puede uno comprobar en la punta del iceberg que supone lo arañado hasta ahora en el caso Gürtel de Valencia, los desvíos de capital para la financiación ilegal de las campañas de PP en Madrid y decenas de casos de corrupción urbanística relacionados con determinados cargos políticos del PP en Galicia, Madrid y Valencia, pasando por casos de tránsfugas en la propia comunidad de Madrid, dónde debía gobernar una coalición del PSOE con IU.

Era jauja. Y era una jauja que los ciudadanos asumían, en general, con alegría, pues no afectaba todavía a sus bolsillos o a su calidad de vida, al menos no de forma notoria. Pero los ciudadanos comenzaron a ver la verdadera absoluta ineptitud política, su desfachatez y lo impresentables que eran sus propios dirigentes cuando se inició la tragedia del Prestige, que no fue sino, el ejemplo de la gestión del Partido Popular cuando se arremanga y del respeto que tiene por la ciudadanía, incluídos su propios votantes. Cada día que pasaba, aquello se parecía más a un circo dónde solo actuaban payasos, unos payasos nada graciosos, los cuales, en lugar de divertirnos, se reían constantemente de nuestra dignidad. (Muchos de ellos, ahora pretenden ser miembros de un nuevo gobierno, dicho sea de paso). Y como no parecía haber ninguna respuesta ciudadana de magnitud realmente preocupante, dado que había suficiente dinero en las arcas por motivos ya explicados, y dado que había una mayoría absoluta capaz de dirigir al país en contra de quien fuera y debido a que el afán napoleónico del entonces presidente Jose María Aznar no terminaba, en 2003, el PP involucró a España en una guerra denunciada por la propia ONU como ilegal en compañía de un desquiciado vaquero texano presidente de un EEUU gobernado y directamente dirigido por empresas petroleras y armamentísticas. Así que haciendo caso omiso de la ONU, de las quejas de la ciudadanía por todo el país y por toda Europa y de las amenazas directas del grupo terrorista Al Qaeda, nos metimos en una vergonzosa guerra de manos de Jose María Aznar, la última importante decisión de su mandato por la que se le recordaría como un nefasto dirigente europeo junto al ex-primer ministro británico, Tony Blair, que dirigirían sus países, en contra de la voluntad de sus poblaciones, hacia dónde EEUU propusiera.

Bien, la historia siguiente es bien conocida, Al Qaeda cumplió sus amenazas, y la ciudadanía española también lo hizo. Y el PP perdió las elecciones acusando mediante injurias constantes, pero, obviamente, sin denuncias formales, y con total desinterés por su propia decencia, durante casi un año, al PSOE de conspirador, y de, poco menos que de parte implicada en los ataques del 11-M con la intención de apoderarse del gobierno. Cosa absurda, solamente al tener en cuenta que el PSOE solo tiene que esperar su turno en el ciclo constante de alteranacia en el pacto dudosamente democrático que indirectamente se otorgaron los partidos mayoritarios con la ley D'hont.

Y pasado el tiempo, la burbuja inmobiliaria estalló propiciada por una crisis global iniciada a su vez por la caída del sector inmobiliario estadounidense en una sitiuación consecuencia de causas similares a lo que iba a suceder en España tarde o temprano (endeudamiento bancario por negocios falsos, que no era si no la misma política auspiciada y ejercida por la mayoría de partidos políticos de derecha en el capiatlismo especulativo la cual venden ahora como solución a los problemas que esta misma política provoca). Como pista sobre una definición de estos partidos políticos de derecha, decir que en el gobierno de España desde la muerte del golpista de estado y socio ibérico de Hitler, Franco, NUNCA ha gobernado un partido político democrático que no fuese de derechas.

Obviamente, para que el ngocio con la especulación cn los precios de la vivienda y con el endeudamiento posterior de los compradores con las hipotecas funcionara se necesitaba que siguieran habiendo compradores. La pregunta pues, es, ¿por qué seguían comprando pisos los ciudadanos cuándo los precios subían incesantemente hasta cotas impensables en el resto de la Unión Europea? Bien, unos porque no veían otro remedio y porque creían que se lo podían permitir y no les interesaba alquilar porque “ya que se pagaba, al menos quedaría una propiedad física real”. Y otros muchos pagaban debido a que el entorno bancario ofrecía enormes facilidades y garantías de pago. Pero otros ciudadanos tenían en mente el mismo negocio que los que lo iniciaron y se convirtieron en otra clase de especuladores inmobiliarios que o no sabían que las burbujas siempre acaban explotando naturalmente o creían que no les iba a explotar a ellos.

Así pues, especuladores inmobiliarios con conocimiento de causa, especuladores sin conocimiento de causa y las entidades bancarias entretejieron en diez años, apoyados y hasta animados por el gobierno de turno (especialmente el PP pero también el PSOE como partido politico de ideología económica continuísta a la del PP), un negocio en España que iba a explotar y tenía cuenta atrás.

Desde que se estaba asentando la mayor parte de la base económoca española en este negocio ya hubo quien se fijó en las circunstancias trágicas a la que aquello nos iba a ellevar, pero aún ahora hay quien desconoce totalmente dicha historia, y hasta que sucedió, pocos sabían cuando acabaría la cuenta atrás. Y llegó a cero cuando el tsunami banco-inmobiliario análogo que se produjo en Estados Unidos llegó a Europa de banco a banco, especialmente a través de Londres, transmitiéndose la deuda no pagable a los países que al final más la pagarían: Grecia y España.

Muy resumidamente lo que ocurrió fue un contagion de desconfianza y muchos bancos españoles, viendo las consecuencias que tenían los negocios similares a los suyos en Estados Unidos, empezaron a temer pérdidas si continuaban con préstamos para una finalidad que iba a dejar de existir. Se iba a llegar a la situación en la que los prestatarios (hipotecados), no iban a poder pagar a los prestamistas (bancos), por los elevadísimos precios que los pisos habían alcanzado, al haberlos usado los bancos como recurso "totalmente imaginario" de inversión. Así que los bancos dejaron de dar préstamos, los pisos dejaron de comprarse masivamente y sus precios empezaron a bloquearse aunque muy lentamente. Muchos ciudadanos dejaron de recibir préstamos bancarios, la construcción se paralizó de la noche a la mañana y todo el tejido de servicios y de empresas asociado a la construcción también cesó. Además, no todos los bancos consiguieron zafarse del golpe, y casi ninguna caja lo haría.

Cuando un grupo se une a un mal negocio, el grupo suele perder, pero si el negocio lo controlan tres del grupo, esos tres se pueden enriquecer con el negocio y antes de que se manifiesten las consecuencias negativas del mismo pueden retirarse y salir beneficiados. A esto se le denomina estafa y es tan frecuente en el capitalismo que su funcionamiento ha llegado a basarse en ellas hasta el punto de que no son separables. Pues bien, esto fue lo que ocurrió con la especulación inmobiliaria en España con una ligera diferencia; que aunque el negocio lo montaron unos cuantos, un enorme porcentaje de todo el resto de negocios del país se desarrolló en dependencia del negocio fraudulento. Es decir, el mal negocio se convirtió en base económica del país. Un cáncer global que tarde o temprano lo llevaría a su situación real: a una ausencia de base económica real, es decir, a un país realmente subdesarrollado al que le quedaría básicamente una solo negocio de magnitud suficiente como para no declararse estado fallido: un turismo que ofrece una calidad de trabajo paupérrima para la mayoría. Porque toda esta situación de la especulación inmobiliaria en España coincidió lamentablemente con una reducción de la industria y el tejido empresarial español que buscaba lugares más baratos de producción y sin tantas restricciones de calidad medioambiental o de derechos del trabajador. Dado que esos derechos y esas restricciones habían aumentado en el país con el falso enriquecimiento de una sociedad Española engañada.

La situación económica del país está así porque lo controlan, y lo controlaron por mucho tiempo una mayoría de auténticos y genuinos delincuentes con total inmunidad judicial y política (en lo público y en lo privado) apoyados o consentidos por una mayoría de ciudadanos sumisos o involucrados en sus propios delitos (que los votan o que no votan a ninguna opción y que no denuncian o se manifiestan). Es así de simple. El control de los mercados y el control por parte de Alemania es lógico. Tal vez, no justificado, pero lógico en el sistema en el que vivimos, que no podemos negar que existe pese a que tampoco sea moralmente correcto. Y si bien el control por parte de los mercados sobre los países puede no estar justificado, su desconfianza en nosotros sí lo está.

Los mercados, no son, como muchas veces nos hacen suponer, criaturas maligas escondidas de los ciudadanos sino que están formados por accionistas, es decir, precisamente, por ciudadanos, y las personas no trabajan siempre con la lógica, por mucho dinero que tengan, y tampoco actúan de acuerdo a la moralidad, es decir, no siguen una conducta ética en todo momento, dado que ser accionista implica hacer negocio con números que pueden provenir de la especulación arbitraria de tejido industrial básico para mantener el empleo de cualquier país. En resumen, invertir en un valor por su futuro es análogo a una simple apuesta, pero una apuesta que junto con otras puede hundir la estabilidad económica de un país o incluso de un continente entero. Es decir, los mercados trabajan directa o indirectamente con la especulación, con la inversión en valores que intuyen (los accionistas) que pueden crecer por ellos mismos, y a veces con la inversión a propósito en valores que realmente no tienen valor, lo cual en el póker podría ser equivalente a un farol; “démosle valor a algo que no lo tiene para arrastrar a otros a invertir en ello, para luego ser el primero en desaparecer con el dinero vendiendo todas nurestras acciones cuando el valor esté en un punto álgido, sin importarnos lo que pase a continuación con el valor y los demás accionistas enganchados a ello”. Si estos valores están asociados directamente con bienes de necesidad básica, apostando (invirtiendo), es posible encarecer suficientemente el precio como para hacer imposibe la compra de esos productos por la población de determinados países, y ello puede provocar incluso hambrunas en medios dónde no hay carencia de alimentos. Sin llegar a hambrunas, esto, básicamente es lo que ocurrió con el valor de la vivienda en España.

Este es el problema global del capitalismo especulativo en el que todo el mundo está inmerso. Sería positivo tratar de ir restringiendo este sistema antes de que ese sistema restrinja la capacidad de coahbitación social en el mundo. Pero los países deben sobrevivir con conocimiento de causa de que con o sin restricciones, este sistema puede ser su perdición si no actúan de modo que no sean entermanete dependientes de él, y eso se consigue tejiendo una economía de producción real y diversa, no simulando otra base económica especulativa, a lo que España es adicta y experta, pues tratar de enriquecerse especulando no es ni más ni menos que el modo conseguir dinero a corto plazo dinero y con el menor esfuerzo posible.

¿Y cómo se podía haber hecho esto? Dado que en España, pese a su enorme importancia, el turismo sigue sin ser suficiente para otrogar a sus ahbitantes una calidad de vida acceptable dentro del marco de la organización a la que pretence: la Unión Europea y tampoco es un negocio muy sólido dado que lo consideramos perpétuo, con lo que tampoco invertimos esfuerzos en que incremente en eficacia y calidad, y dado que el tejido producivo a nivel industrial ha sido casi totalmente esquilmado del país por una u otra razón, un posibilidad que ya perdimos al menos por las siguientes dos décadas es lo que en sí mismo es desarrollo y que aparentemente no solo en España tiende a infravalorarse de un modo sorprendentemente pandémico y crónico. El I+D (investigación y desarrollo). Se ejercen esfuerzos sobrehumanos en intentar convencer a la población que la inversión en I+D debe contemplarse como un gasto que no trae beneficios, cuando en realidad, TODOS los beneficios y repito contundentemente TODOS lo beneficios que la humanidad se elaboró para sí misma provienen de una distribución equitativa (que esa es otra, pero es otro cuento) de los productos que, y esto hay que recalcarlo, a LARGO PLAZO, nos otroga una inversión concienzuda y un esfuerzo continuado y en incremento constante en el I+D.


Un video muy corto y muy conciso al respecto:




Pero, ¿por qué la economía de España se especializó en negocios o empresas no emprendedoras? ¿Por qué invertir mucho esfuerzo en trabajar en cosas que no producen ni enriquecen casi? ¿de dónde viene lo de que inventen ellos? Pondré un ejemplo tremendo: ¿por qué quienes hacen enormes negocios de exportación con el aceite de las aceitunas españolas son empresas italianas?, ¿existe algún motivo principal que explique nuestra desgracia histórica hasta la actualidad como país que no ha apoyado nunca a los emprendedores, a la innovación, a la investigación, el buen hacer, la ética o a la modernidad en general evitando así adquirir una base económica, social y cultural fuerte y estable no creadora de deudas de incremento incesante e impagables y unas bases morales suficientes para que la corrupción no pueda darse de forma absolutamente impune como ahora sucede? 

Pues puede que haya una razón muy relevante políticamente incorrecta, tanpolíticamente incorrecta como todas las razones que explican el mundo que lasociedad humana se ha creado para su futuro, una razón que en principio podríaparecer insospechada pero con unos argumentos tan drásticamente evidentes queson imposibles de negar...:



Escrito sacado de esta entrada escrita el martes, 6 de abril de 2010 y pensada en gran parte en los albores de la "democracia" española.

Y aquí continúa la tragicomedia española. 


domingo, 9 de septiembre de 2018

La ciencia en España, la enfermedad interminable





Este texto que escribí en 2003 fue una idea que ya había aclarado en 1996.

Al final del texto agregaré la situación que vivimos hoy en día al respecto (2018).

Comenzaré tratando de contestar muy brevemente (y por lo tanto, sin poder evitar cierto reduccionismo) a:


¿Cuál es la situación social y política del mundo?

En primer lugar, debo decir que pese a que alguno use sus propias metodologías político-económicas, todos los países de este mundo están conviviendo con mayor o menor éxito en un sistema capitalista global muy poderoso implantado tras la guerra fría, podría decirse que incluso antes de la caída del muro de Berlín, si consideramos este hecho histórico como un síntoma de los nuevos acontecimientos que estaban sucediendo y no una causa de lo que se iba a formalizar: la globalización neoliberal, dónde los humanos seríamos definidos formalmente como recursos del capital de algunos. 

Tenemos que admitir además que, aunque el tándem gobiernos-megacorporaciones, que ahora tienen el poder del mundo, probablemente cambiarán durante este siglo, es difícil imaginarse que los mecanismos económicos y sociales por los cuales se regirá el acaparamiento del poder vayan a cambiar a corto o medio plazo.

Es decir, en las circunstancias en dónde la población se enfrenta a los poderes neoliberales, la primera tiene más papeletas de perder batallas que de ganarlas. En contraposición con el incremento de la importancia de los poderes públicos frente a los privados que ocurría a principios del siglo XX, estamos en una época en la que ocurre todo lo contrario y dónde en todo el mundo, lo público retrocede frente al negocio de la explotación y la especulación, lo cual tendrá consecuencias nefastas tarde o temprano por no ser sistemas económicos sostenibles y por ir dirigidos a intensificar cada vez más el acaparamiento del poder en élites nuevas pero sobre todo en élites de herencia pasada.


Pero ¿qué tiene que ver esto con la ciencia y la tecnología?

Pues bien, la clave fundamental de la distribución del poder está en la gestión de los recursos, de modo que si los recursos son privados será muy difícil, sino imposible que las sociedades puedan mantener un poder que decelere la tendencia del control privado de todo lo que existe en nuestro planeta. Y hay dos ejes fundamentales entre los que se pueden dividir los recursos que dictaminan quien o quienes tienen las cartas del juego en sus sociedades: la energía, la ciencia y la tecnología, es decir, reduciéndolo un poco, el I+D, pues si bien los cambios del uso de los recursos energéticos pueden favorecer la distribución más equitativa y democrática de la riqueza, es decir, del poder, estos suelen ser consecuencia directa de la ciencia y la tecnología.

Y es por eso que voy a centrarme en este último eje y no en la energía, porque, en definitiva, es el que puede favorecer posibles cambios sociales a muchos niveles de un modo que por mucho que lo intentemos, ninguno de nosotros puede llegar a predecir.

Ciencia y tecnología se agrupan en el formato I+D pues forman parte de un mismo paquete. La tecnología es una herramienta imprescindible para el desarrollo de la ciencia y el desarrollo de la ciencia genera nuevo conocimiento científico que en algunas ocasiones puede originar ideas para el desarrollo de nuevas tecnologías. Lo de “algunas ocasiones” es crucial, dado que la posible aplicación de la ciencia a los avances tecnológicos más notorios es un hecho meramente fortuito, cuya probabilidad aumenta con la inversión en ciencia básica. 


¿Por qué es importante la ciencia?

Bueno, solo hay dos razones para estar en este círculo del desarrollo ciencia-tecnología que acabo de mencionar, pero son dos razones muy importantes.

La primera es la competencia.
Ya expliqué que estamos inmersos en la sociedad del capitalismo, y lo estaremos previsiblemente por mucho tiempo, lo queramos o no, aunque en los peores pronósticos pueda parecerse más a una especie de faraonismo o pese a que en los mejores, vayamos a ser capaces de suavizar sus efectos más nocivos enfrentando el valor del ser humano y la sociedad del bienestar global al del hiperconsumismo por parte de algunos y de la miseria por parte de la mayoría.

Pero para que la segunda posibilidad se pueda hacer realidad, los países tendrán que competir con los intereses privados, dado que, en caso contrario, el poder absoluto quedaría en manos de las empresas, y los recursos humanos seríamos desprendidos de cualquier mínimo derecho humano. Esto no es una exageración ni es un intento de demonizar el poder privado, solo es una exposición de una descripción, pues cualquier empresa solo tiene, por definición, un único objetivo: el beneficio económico cueste lo que cueste, debiéndose únicamente a las leyes de los países que no pueden esquivar.

Pero alguien podría tener la duda ¿es cierto eso en todos los casos?, ¿no podría existir un interés de un poder privado en mejorar o garantizar el bienestar humano independientemente de la existencia de leyes de obligado cumplimiento establecidas por los poderes públicos? Sí, de hecho, a veces sucede, pero o ocurre por parte de intereses económicos (y la situación de competencia en el libre mercado no propicia que esto suceda) o proviene de extrañas filantropías por parte de poderes privados que han arrasado con su competencia. Así que, dado que ambas cosas suceden de forma arbitraria y son infrecuentes y poco consistentes, no deberíamos confiar nuestro bienestar o nustra seguridad al poder privado, porque cuando esto ocurre, lo más probable es que la cosa acabe bastante mal, y de esto se han hecho eco películas de ciencia ficción como “Blade Runner” o “Alien” o series como “The expanse”.

Aunque queramos cambiar este sistema económico y las reglas del juego, intentar hacerlo de espaldas a la ciencia y la tecnología sería infructífero porque estas son las únicas herramientas de poder, además de su participación como votante y consumidor, que, a día de hoy, podría manejar la ciudadanía.

La segunda razón es la conservación y el aumento del conocimiento, dado que todo lo que podemos aprender sobre el Universo es solo y finalmente conocimiento.

Aunque el conocimiento de por sí no es ni positivo ni negativo para la humanidad porque depende del uso que hagamos de él, este es el único medio a través del cual podríamos alcanzar una sociedad cada vez más igualitaria globalmente. Pero esto también implica que podría ser un medio para alcanzar las pesadillas más escalofriantes. Y es precisamente por esto por lo que la sociedad en general debería estar implicada en la divulgación de la ciencia y de lo que hacen sus gobiernos al respecto de su inversión pública o respecto a la ética de la reglamentación en su uso tanto en el plano público como en el privado. Porque el conocimiento científico tenderá a desarrollarse por parte de poderes privados sí o sí, con o sin que la población se involucre en que los poderes públicos no abandonen la ciencia.

Pero centrándonos en lo positivo y aunque parezca ficción, el conocimiento podría ayudarnos a escapar de este planeta antes de que el Sol u otros acontecimientos astronómicos, que supuestamente aún estarán fuera del alcance de nuestro posible futuro control tecnológico cuando lleguen a suceder, acaben con nuestro planeta. Es también posible que la ciencia y la tecnología nos ayuden a competir contra otras civilizaciones extrasolares o, por el contrario, a ser interesantes para que se nos incluyan en un club interestelar que funcione mejor que la Unión Europea o ¿quién sabe?, a lo mejor, la ciencia y la tecnología humanas podrían tener un papel fundamental en la erradicación de algún tipo de vida extraterrestre que llegue a contaminarnos.

Nadie puede saber cómo un descubrimiento podría ser útil para nosotros. Pero tenemos evidentes pruebas de que la civilización humana no existiría sin el desarrollo tecnológico y, por lo tanto, sin el desarrollo científico. Podría decirse que la diferencia fundamental que nos diferencia de los bonobos, de los chimpancés o de los delfines, es nuestra capacidad de generar el I+D con el que nos beneficiamos o con el que nos perjudicamos.

Finalmente, podemos entender que la investigación no solo es importante para la economía de un país, sino también para nuestros intereses sociales y éticos.
Si no sabemos qué hacemos los científicos ahora, no podemos tener una opinión razonable o con un mínimo de criterio sobre los aspectos científicos que nos afectan y que nos afectarán en un futuro próximo. Y la mejor manera de conocer el buen camino (desde el punto de vista ético, se entiende) de la aplicación de la ciencia, es promover la inversión en ciencia por parte de la sociedad.


Entonces considerando su importancia para nuestra especie. ¿Cómo es la salud de la ciencia en el mundo?

Aunque cada país tiene su forma de sacar beneficios económicos, muchos países con una herencia histórica afortunada en cuanto al control financiero, recursos monetarios, energéticos o materiales, suelen invertir más en políticas que propicien el desarrollo privado de la ciencia y la tecnología o directamente como empresas públicas, que los más desafortunados en cuanto a su pobreza económica, ya sea por un expolio histórico por potencias extranjeras, por su situación geográfica o cualquier otra razón. La explicación podría ser que el beneficio de la ciencia y la tecnología requiere mucha inversión y que esta sea constante para que dé sus frutos, mientras que otras formas de vida como podría ser el turismo o una economía basada en la producción de productos básicos como la agricultura y la ganadería, aportan menos ingresos a muy corto plazo y con poca inversión en comparación con el caso anterior. Es decir, son economías basadas en muy baja inversión, pero también con muy baja rentabilidad, y nula capacidad de competencia a largo plazo. Así que, de este modo, en la mayor parte de los casos, el país no progresa, sino que tiende a estancarse en su propia economía de subsistencia a corto plazo y de forma indefinida. Por el contrario, poseer conocimientos avanzados en ciencia y tecnología es clave para la continua competencia entre naciones o empresas, por lo que el país tiende a enriquecerse. Eso sí, si la inversión es privada esto solo sucederá si las empresas permanecen en el país pagando impuestos y revirtiendo, por lo tanto, directa o indirectamente, parte de sus beneficios en la sociedad.

Pero siendo inicialmente una consecuencia de una riqueza heredada o habiendo obtenido esa riqueza de la inversión en ciencia y tecnología, lo cierto es que no se conoce un medio más eficaz de que una sociedad prospere de forma estable a lo largo del tiempo que no sea partiendo de la inversión en ciencia y tecnología, y en educación, que, aunque hay excepciones, suele venir acompañándolas, debido a la necesidad de formar futuros trabajadores cualificados para los puestos que el desarrollo tecnológico y científico requiere.

Esto repercute en que, del mismo modo que sucede con el dinero, la ciencia y la tecnología tienen una distribución muy diferente en el mundo y la consecuencia directa de ello es que esta distribución de la riqueza mundial tiende a mantenerse. Los países pobres, que suelen estar geolocalizados al sur, no suelen invertir mucho en I+D, si es que conocen el sector y por lo tanto no salen nunca de esa pobreza. Es una enfermedad crónica.

Así, en el mapa mundial, excepto en algunos casos, se invierte más en ciencia en los países del hemisferio norte que en los del sur. Países como Estados Unidos, Canadá, Rusia y la parte norte de Europa gastan más dinero en relación al número de habitantes que América del Sur o África.

Y esto también ocurre a menor escala. Por ejemplo, en la Unión Europea, aunque pueda parecer muy simplista, y pese a que haya muchos matices que añadir al respecto, desde la perspectiva del capitalismo neoliberal en el que vivimos es posible trazar una línea en el mapa que separaría a los países más ricos de los países más pobres de la Unión Europea. Aunque esta línea es menos clara porque existen excepciones y es oblicua, dado que los países más pobres de la UE se concentran en el Mediterráneo y en las zonas que hicieron frontera con la antigua URSS o pertenecientes a la URSS. De este modo, países como Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Irlanda, Austria, Suecia, Alemania, Bélgica, Finlandia, Reino Unido y Francia serían los considerados países más ricos de la Unión Europea, mientras que España, Italia, Chipre, Grecia, Eslovenia, Malta, Portugal, República Checa, Eslovaquia, Croacia, Estonia, Hungría, Polonia, Lituania, Letonia, Rumania y Bulgaria estarían dentro del grupo de los más pobres.

Entonces, dado la cercanía de los países que voy a mencionar, la pregunta inmediata que un español se plantearía sería:



¿Por qué España está menos desarrollada que nuestro vecino más cercano, Francia?

Bueno, la respuesta podría resumirse en una palabra: historia. O en otra: fortuna.

Como ya se ha comentado anteriormente en “Las ciencias naturales”, desde la perspectiva del método científico podemos considerar que las ciencias experimentales nacieron formalmente en Francia/Alemania en el siglo XVIII con la publicación del libro “Crítica de la Razón Pura” por Imanuel Kant, por lo que no es extraño que experimentara un buen desarrollo también allí. Pero durante los años del inicio de la ciencia formal en Europa, y, por lo tanto, en el mundo, España sufría su mayor crisis. 

Lógicamente, si un país no se preocupa por la ciencia en el momento en que aparece, sus empresas tampoco lo harán y tal situación costará cambiarla. El problema se agravó cuando España encontró una forma de enriquecerse sin mucho esfuerzo y en relativamente poco tiempo con el turismo y la especulación inmobiliaria. Pero como todo lo que no requiere esfuerzo, esa era una forma de enriquecerse engañosa, el resultado fue que a día de hoy, la mayoría de los científicos españoles se ven en la obligación de trabajar fuera de este país si quieren hacer de la ciencia su modo de vida. 

Pero lasdesgracias no repercutirán solo en los científicos pues España se encontrarátarde o temprano conque realmente no tiene una economía basada en nada establey nuestro falso desarrollo acabará por sucumbir ante la realidad. Lo que nosabemos es cuándo ocurrirá tal cosa.

Pues bien, dos décadas después de1996 (2017), estas predicciones lamentablemente se cumplieron. Lo disfrazaránde crisis económica de efecto global, pero todos sabemos que lo que ocurre esque dónde no hay trabajo es en España, por esa razón, ni los inmigrantes sequieren quedar en nuestro país. Los resultados de este y otros factores comotener al presidente más estúpido de la historia de la Unión Europea son obviospara todos.


 

Spain invest less money per PIB than our neighbor Portugal (and this difference tends to increase).


Czech Republic, with half part of the PIB per habitant than Spain does more effort investing in science than Spain. According to this I expect better future to Czech Republic and worse future for Spain progresively.