En manos de las personas más ignorantes, más ávidas de poder y riqueza y más despiadadas que nuestra sociedad produce: políticos en el poder, economistas en el poder y religiosos en el poder, el destino de la humanidad es incierto. Siempre tenemos que tener en mente que puede que
nunca logremos escapar a otras estrellas y que esto ya se determine en
las próximas 2 décadas. Solo siendo realistas, tendremos la conciencia y
la consciencia para poder aportarnos a nosotros mismos la mayor de las
probabilidades para evitar lo peor. Es por ello que el optimismo me
preocupa sobremanera. Es más fácil sacar a un pesimista de su ciclo que a
un optimista, pues el pesimista usa la razón y un optimista, la
desinformación.